Saria se levantó sobresaltada. Había escuchado un ruido
en la puerta. - ¿Quién es?
- ¡Socorro!
- ¿Link?
- ¡¡Ayudaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!
Saria salió corriendo hacia la puerta, la abrió y
chilló. Link estaba en el suelo, sangrando.
- ¡Oh, Link! ¿Qué te ha pasado?
Se agachó llorando al lado de Link y le pasó la mano
suavemente por la cara.
- ¡BU!
- ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAH!
- Je, je, je, ¡Truco o trampa!
- Oh, Link, ¿cuando crecerás? ¡Qué susto me has dado!
- Ja, ja, ja ¡¡de eso va!! ¿Quieres venir al castillo de
Zelda? Dan una fiesta de miedo
Buuuuuuuuu
- Oh, vamos Link, sabes muy bien que no creo en
fantasmas
- ¡Venga! ¿O es que tienes miedo?- Link la miró
desafiante.
-
Está bien
Pero no tengo disfraz
- Je, je, no te hace falta, tú ya das miedo.
Ese comentario le costó un coscorrón.
- Veré qué puedo hacer
Saria entró en su casa. Abrió su cofre y observó
detenidamente la ropa vieja. Había de todo: faldas, pantalones, camisas, una taza que
había perdido ya ni se acordaba cuando
Por fin, en el fondo de todo, encontró un
vestido largo y negro, muy pasado de moda.
- ¿Te parece bien este? Sólo tengo que agujerearlo un
poco y podré disfrazarme de bruja.
- Sí, ese me encanta.
- ¿Tú de qué te disfrazarás?- Le preguntó mientras
comenzaba a agujerear el vestido.
- ¿Yo? De vampiro.
- ¿De vampiro? Ja, ja, ja
- ¿A qué vienen tantas risas?- le repuso Link con tono
enfadado.
- No, a nada
Ya está, ahora sólo faltan unos toques
aquí y allá y listo.
Salieron del bosque Kokiri. Iban a recoger a todos los
demás. Primero, recogieron a Ruto, que iba de sirena; luego, a Darunia, vestido de Link,
cómo no; y después a Malon y a Nabooru, que iban vestidas de demonio y de fantasma,
respectivamente. Entraron al castillo corriendo, porque con tanto esperar a los últimos
detalles se les había hecho tardísimo.
- Hola, buenas.- Les recibió Impa- Cómo siempre tarde
muchachos
- Bueno, nosotros, esto
- ¡Hola!- Zelda bajó corriendo las escaleras y le
estampó un beso a Link (lo siento, pero yo soy de las que creen que Zelda y Link NO son
hermanos ^.^).
- Hola
Vaya recibimiento
- dijo Malon.
- Sí
Je
- Zelda se sonrojó, y Link más aún.
- Bueno
¿A qué esperas, Malon? ¿No vas a
contárselo?- la incitó Nabooru.
- Pues
Este
Que yo
- ¿QUÉ TÚ QUÉ?- Preguntaron todos al unísono.
- Pues que
He conocido a un chico
y
- ¿Y? ¿Y? ¿Y? ¿Y? ¿Y? ¿Y? ¿Y? ¿Y?- Todos estaban
impacientes.
- Pues que
Os lo quería presentar, pero no le he
invitado porque como era tu castillo
- ¡Pero mujer! ¿Por qué no? ¡Vamos a buscarle!- le dijo
Zelda, muy animada.
Así que ya estaban todos de nuevo en la pradera, corriendo
hacia Kakariko (La mayoría como podía, porque con faldas
) para conocer al chico.
Cuando llegaron ya iban riéndose a carcajadas, pensando en cómo sería, si estaría
enamorado de Malon, si sería nuevo en el país o ya lo conocían
De hecho, acabaron
bromeando insinuándole a Malon que si era uno de los carpinteros. Pero en cuanto
traspasaron la puerta, se quedaron de piedra. Todos los habitantes de Kakariko muertos,
ensangrentados, las casas ardiendo y las tumbas abiertas.
- Pero qué
- Murmuró Link.
- Ni idea
No sé lo que ha podido ser
- Le dijo
Ruto.
- A lo mejor es una broma
- Se esperanzó Darunia.
- Me temo que no
Si fuera una broma no estarían
quemando sus propias casas- Repuso Zelda con tristeza.
- Sí
Aún están aquí, hay huellas frescas- Dijo
Nabooru, a la vez que palpaba la tierra entre sus manos.
- ¡THERMES! ¡THERMES! ¿DÓNDE ESTÁS?- gritó al viento
Malon.
- Ma
- ¿Qué ha sido eso? ¿Aún hay alguien vivo?.
- ¡Es Thermes, seguro! ¡THER!
Todos corrieron detrás de Malon. Algo les decía que
aquello definitivamente no había sido una broma. A la vez que corrían, veían a su
alrededor un montón de gente muerta, charcos de sangre, niños ahorcados. Aunque les
dolía muchísimo toda la gente que había muerto, sobreponían la posibilidad de salvar a
Thermes, lo cual era para ellos muy importante. No le conocían, pero sentían que
salvándole a él, podían hacer algo por ellos, como si les devolvieran la oportunidad de
sobrevivir. Cuando por fin alcanzaron a Malon, lo que vieron fue horrible. Malon
arrodillada junto al cuerpo inerte de Thermes.
- ¡¡MALDITAS SEÁIS, DIOSAS!! ¿¿POR QUÉ THERMES??
¿¿QUÉ OS HIZO??
- Malon, yo
- intentó tranquilizarla Zelda.
- ¡DÉJAME!
- Bueno
Como quieras
- Será mejor que la dejemos sola- dijo Link.
Se fueron dejando a su amiga a solas con Thermes. Se
dirigían hacia la entrada, para intentar encontrar algún superviviente, aunque sus
intentos fueron nulos. Desde los niños hasta el jefe de los carpinteros, pasando por la
mujer de los cucos. Todos los animales estaban muertos, la familia de las Skutullas yacía
en el suelo, con los caparazones arrancados y los brazos y piernas también. Zelda se
abrazó a Link, buscando refugio. Su pueblo había sido atacado, y no quería ni pensar en
lo que sentiría Impa en cuanto supiera la noticia. Las llamas ondeaban al viento, y la
luna reinaba sobre todo. Aquella noche, su séquito de estrellas brillaba pálidamente.
Parecía como si quisieran mostrar su luto dejando de brillar. Sin embargo, la luna, tan
egoísta, mostraba su plenitud radiante y blanca.
- Creo que deberíamos ir a ver a Malon, lleva mucho tiempo
y aún no ha regresado- propuso Nabooru.
- Sí, está tardando demasiado.- Afirmó Ruto.
Pero cuando llegaron al lugar donde habían dejado a Malon,
ni ella ni Thermes estaban. Miraron a todos lados buscando una explicación a la
desaparición de su amiga, pero no quedaba ni rastro de ella. Ni de Thermes. Nada. Sólo
el charco de sangre que marcaba la antigua situación del cuerpo, y la hierba aplastada
con la forma del cuerpo.
- Debe de llevar aquí horas
La hierba está
totalmente estropeada.- Puntualizó Nabooru.
- Sí, pero
Un ruido interrumpió a Link. Había sido un ruido brusco.
Fuerte. Breve.
- ¿Qué ha sido eso?- se preguntó Zelda.
- A qué me recuerda esto
- le respondió Link
intentando bromear. Sin embargo, nadie rió la broma.- Está bien, iré.
Link hizo el gesto de sacar la espada, pero se dio cuenta
de que iba vestido de vampiro, y sin armamento. Los demás también se dieron cuenta, y
cambiaron la expresión de sus caras de dudas a terror. Se escuchaban pasos. Primero
suaves, luego más fuertes. Finalmente, vieron una figura toda vestida de negro. No
podían apreciar si era hombre o mujer. Sólo veían que se acercaba peligrosamente. El
miedo los había paralizado. Cuando estaba a unos pocos metros, un destello los
deslumbró. Lo último que vieron antes de empezar a correr fue que el causante del
destello había sido un cuchillo. Corrían con todas sus fuerzas, jadeaban, les costaba
respirar. Llegaron a la casa de las Skutullas. Era la única que no es estaba quemando, y
además podían cerrar por dentro. Cerraron de un portazo. Mientras recuperaban el aire,
se dieron cuenta de que faltaba algo. Faltaba una voz quejándose de lo que le dolían los
zapatos o lo incómoda que había sido la carrera.
- ¿Y RUTO?- Dijeron Darunia y Saria a la vez.
- Nos
Nos la
- ¿Dónde está? ¿Qué ha sido de ella? ¿No está
aquí?- Zelda hacía preguntas nerviosas. Su propio miedo le hacía no poder reaccionar.
Ni siquiera podía razonar sobre lo que había ocurrido.
- Oh, por Nayru
No ha
- Nabooru estaba insegura.
- Maldita sea
La hemos dejado fuera
Din, haz
que sobreviva
Por favor
Pasó una hora y los muchachos decidieron salir. Llamaban a
la princesa acuática, pero nada. Ni una respuesta. Simplemente, el silencio. Todos se
temían lo peor. Y se cumplió cuando encontraron a Ruto apuñalada. Totalmente
apuñalada. La habían matado sin piedad, por el placer de matar.
- ¡¡JURO QUE ATRAPARÉ AL QUE ESTÁ HACIENDO ESTO!! -
Gritó Link a los cuatro vientos.
- Impa
Pobre
Cuando se entere de lo que está
pasando
En su pueblo
Con sus amigos
- Sí, prefiero no pensarlo
Pobre Ruto. No pensé que
tuviera que acabar así, no es justo
Nadie se merece acabar así, ¿no crees
Nabooru?- Dijo Zelda a la vez que se giraba. Se giró y le dio el tiempo justo de gritar y
ver a la sombra que les había atacado. Sin embargo, a Nabooru no. La agarró por la
espalda y le cortó la yugular. Nabooru cayó al suelo, desangrada. Todos se quedaron
paralizados, no sabían que hacer. Saria comenzó a caminar hacia atrás, lentamente.
Todos la imitaron, intentando caminar con delicadeza, y a la vez con prisa. Sus ojos
estaban clavados en los de la sombra. No podían verlos, pero podían imaginarlos. El
pánico comenzó a fluir por sus venas más rápidamente. Tocaron la barandilla, y la
figura caminaba más y más rápido. No podían retroceder más. Ni tampoco caminar hacia
delante. Ni hacia los lados. Miedo. El miedo se respiraba. No había oxígeno, solo pavor.
No había cielo, solo terror. No había Luna, solo una linterna que iluminaba su fin. Se
miraron. Entonces, Darunia arrancó un trozo de barandilla y arremetió contra la sombra.
Ésta lo esquivó, y le apuñaló. Sin embargo, Darunia siguió peleando.
- ¡¡HUID!! MALDITA SEA. ¡¡¡¡IROS!!!!
- ¡No! Yo no voy a dejarte aquí, solo
- Saria se
abalanzó sobre la figura, pero también esquivó su ataque.
- Maldita sea, este ser
- Link corrió hacia ellos-
¡Con tres no podrás!
- ¡NO! ¡Espera!- Zelda siguió a Link.
Darunia había caído al suelo, muerto, y Saria agonizaba.
Aquella figura era muy poderosa.
- Link
Cuida
El
Bos
que
-
Intentó decir Saria, pero murió sin acabar la frase.
- Saria
- Sollozó Link, arrodillándose- ¿Quién
eres? ¿QUÉ QUIERES?
- Soy
La que nunca amaste
Yo hice todo esto, yo
quise que muriera todo para que te dieras cuenta de quien te ama
- Dijo
descubriéndose- Y ahora
Le toca a ella
Despídete de tu Princesa
- ¡ZELDA! ¡NO!- Link se interpuso entre Malon y Zelda,
recibiendo el golpe.
- ¡Link
!- Dijeron las dos al unísono.
- Zelda
Te
Quiero
- Link
No digas eso
- Me iré
con el recuer
do
de tus
ojos.- Link murió. Había muerto para siempre. Había entrado en la oscuridad eterna, en
el puerto sin salida
Se había ido. Zelda besó sus labios, miró a Malon, quien
lloraba.
- ¿Por qué
? ¿Has tenido que matar a tus amigos?
¿Pretendías quedarte con él así?
- Yo
Yo
debía hacerlo
él me
pertenecía
- ¡NO! ¡ÉL ERA UN ESPÍRITU LIBRE! NO LE PERTENECÍA A
NADIE
Y por culpa de tu avaricia, ahora solo le pertenece a la muerte
- ¡Maldita seas! ¡Tú siempre lo tuviste! ¡Siempre fue
tuyo! ¡Tú besaste sus labios, tú sentiste su piel! ¡Eres la que tiene toda la culpa!
¡Tú has despertado mi odio!
Malon tiró a Zelda al suelo y la mató. Luego, miró a
Link, se tendió a su lado y lo besó.
- Por primera vez
Y última.- Y luego se clavó a
ella misma el puñal.
A la mañana siguiente, Impa se dirigió a Kakariko, para
buscar a Zelda, y saludar a unos cuantos amigos. Cuando cruzó la puerta, un olor a
putrefacto le llegó a la nariz. Miró alrededor, y luego, cayó de rodillas.
- ¡MALDITO SEAS LINK! ¡TODO FUE POR TU CULPA!
¡¡TODOOOOOOOOOOO!!
.Fin. |