Estaba caminando por
los Bosques de los Kokiris. Ellos nunca suipieron quién era yo, y cuando se los dije, no
me quisieron creer.
Ése kokiri se fue hace mucho tiempo me dijeron y nunca más
regresó. Me agradecen por ayudar a que el Deku Tree Sprout creciera, pero me maldicen por
haber matado al viejo. Sé que ese brote es el mismo Deku Tree que me cuidó desde que mi
mamá me encargó a él. Lo que no sé, si que Saria estuvo conmigo todo ese tiempo.
Los kokiris no crecen, pero no sé si viven para siempre. Yo, cuando creía que era
Kokiri, pensaba que Saria había crecido conmigo y que por eso era mi amiga, pero ahora no
lo sé, tal parece que Saria es incluso más vieja que el mismo Raoru, pero cómo lo iré
a saber si ella nunca crece, sólo tiene el tamaño y la cara de una niña Hylian de 10
años. Ahora tengo 17, y a los 10 tuve que salir del bosque de los Kokiris por una misión
que el ya difunto Deku Tree me había encomendado, Detener al hombre malo del
desierto Yo sólo iba con la Esmeralda que él me dio y con una hada regañona a mi
lado. Su nombre era Navi, y creo que significa profeta... por lo menos eso me dijeron
alguna vez. No he visto a Navi desde que nos separamos hace mucho tiempo, cuando terminé
mi primera misión. Aún la sigo esperando, aunque no sé si va a volver. La esperanza es
lo último que se pierde, eso dicen.
Ahora estoy en el
Bosque de Kokiri, viendo esas pequeñas casas hechas de un solo tronco árbol enorme, y
viendo los lugares dónde Saria y yo solíamos jugar. Cuando era pequeño no tenía una
hada que me acompañara. Saria siempre me decía que algún día llegaría y que me
acompañaría para siempre. En tanto, los demás Kokiris me molestaban por no tener una
hada al igual que ellos, pensaban que era un Kokiri raro, y no estaban equivocados, soy un
Hylian criado cómo un Kokiri. Pero cuando pequeño, creía que era un Kokiri, y esperaba
todos los días que viniera esa hada que me acompañaría y me entendería igual cómo lo
hacía Saria. Cuando llegó, tuve un sueño extraño: Impa salía a caballo llevando a
Zelda y por detrás apareció Gannon, con su mirada malvada. A mí me impresionó mucho,
pero lo más extraño de todo, es que tenía una hada al lado mío. Sí, una hada, no
tengo idea de dónde salió, pero algo sí se ahora: Era una premonición de lo que me
pasaría, ya que ahora lo digo con sus nombres, pero nunca antes los había visto...
He salido del Bosque
y he llamado a Epona para ir al rancho. Malon debe estar allí, esprando con un buen vaso
de leche con mi nombre. Cuando la conocí, su rancho tenía problemas con el encargado:
Ingo. Según él, hacía todo el trabajo, mientras Malon cantaba y Talon, su padre,
dormía plácidamente con las gallinas. El problema llegó a un gran extremo, cuando
Gannon tomó la granja y se la dio a Ingo, echando a Talon y dejando a Malon para que
trabajara. Cuando logré que la granja volviera a las manos de Talon y Malon, Ingo no
recordaba nada, tal parecía que había estado hechizado. Pero Talon aprendió la lección
que Malon aprendió desde que sucedió el incidente... Ahora solamente duerme lo que debe
y si se puede pasar un poco más se pasa, pero nunca se pasa de las normas. Algunas veces
se las dan de amigos con Ingo y beben hasta no sé que hora, porque no hay piedras
chismosas cerca cómo para saberlo.
Me han invitado algunas veces, pero el olor de lo que toman no me gusta y prefiero
la leche que producen. En fin, está atardeciendo, y se deben estar preocupando en el
rancho. Creo que mi visita llegó hasta aquí. Epona debe volver temprano al rancho,
porque si no lo hace, Ingo me matará. Tal vez, pero no quiero averiguarlo
|